Los sistemas de gestión (ERP) son el corazón de una empresa. Sus compras, sus costos, sus ventas, su facturación, sus inventarios: todo pasa por el ERP. A medida que la empresa crece, sus procesos se vuelven más sólidos son sus procesos y ese sistema que controla las entrañas de la organización gana relevancia. En estos sistemas, los módulos de Gestión de Inventarios, Facturación, Contabilidad y Finanzas son lo básico, pero poco a poco se han extendido a todo el negocio. Por pedido de sus clientes van avanzando en funcionalidades de Gestión de Depósito, Recursos Humanos, Trazabilidad, Ventas Mayoristas, Mantenimiento, Producción, Punto de Ventas, CRM, y así la lista sigue. Y así aparecieron también los módulos de ERP para ecommerce.
Ya sea por una estrategia defensiva, para no perder al cliente, u ofensiva, para facturar más o para cerrar nuevos clientes, la mayoría de las empresas que comercializan ERPs tienden a sumar módulos, buscando que los empleados en la empresa tengan el software abierto la mayor cantidad del tiempo posible. Las áreas de ecommerce no han sido la excepción. Es lógico: ganan cada vez más relevancia al interior de las empresas y ya no pueden funcionar de forma aislada, sino como parte estructural del negocio.
Es así que en Producteca, por nuestro rol de integradores, recibimos consultas de clientes sobre recomendaciones acerca de ERPs. La principal necesidad se concentra en que el sistema pueda acompañar su estrategia de venta online. Esta experiencia nos permite compartir las conclusiones a las que hemos llegado para identificar qué tiene que tener un sistema para ser recomendable pensando en su uso en ecommerce.
En principio, siempre hemos considerado que el que mucho abarca, poco aprieta. Es innegable que en la industria de los ERPs, la estrategia de sumar módulos fue ganadora en muchos aspectos y es mayoritaria en la industria. En cuanto a módulos de ecommerce, el debate todavía está abierto, y las compañías desarrolladoras toman diferentes caminos.
Líneas de acción
Hay algunos ERPs que aún continúan con la tradición y están sumando a sus módulos existentes funciones de ecommerce: gestión de catálogo (PIM), gestión de órdenes (OMS), integraciones (con marketplaces y tiendas online). Algunos osados lanzan su propia tienda online. Dentro de todos ellos, una porción que, además de avanzar con soluciones propias, entiende que el cliente puede elegir por opciones de ecommerce externas y construye formas de poder interactuar con esos terceros. Algunos se juegan a todo o nada: cooptan al cliente y le hacen difícil la implementación de terceras soluciones.
Otros han decidido que el ecommerce es otro mundo y deciden no avanzar con funcionalidades en este sentido. Identificamos dos subgrupos: los que construyen todo para que el ERP pueda interactuar con herramientas de ecommerce, y los que se cierran completamente al tema y no tienen las funcionalidades necesarias.
Todos ellos aparecen representados en este esquema:
Vamos a ahondar un poco en lo que esto significa.
Conectarse para potenciarse
Las funcionalidades de ecommerce tienen una diferencia radical con todas las otras funcionalidades que desarrollaron históricamente los ERPs. Un módulo de compras, o de gestión de inventarios que implementó un ERP en una empresa hace 15 años puede estar 100% vigente hoy sin ningún cambio. Sin embargo, un sitio web o una integración con MercadoLibre hechos hace 3 años, sin actualizarse, hoy están totalmente obsoletos.
Cualquier ERP tiene la capacidad de construir una solución de calidad para ecommerce. Quien se lo propone y lo prioriza, lo puede lograr sin problemas, pero a nuestro entender se deben asumir dos cosas:
1) el negocio de aplicaciones de ecommerce es completamente diferente a su negocio principal, para lo cual deben construir procesos adecuados asociados a velocidad en los cambios y tiempos de respuesta;
2) el ecommerce tiene tantas aristas y particularidades que es muy difícil que puedan adaptarse a todas las necesidades sin que el cliente pierda alguna funcionalidad importante o tiempo de espera para tenerla, siendo perjudicado.
Por eso somos tajantes: al evaluar si un ERPs puede acompañar una estrategia de ecommerce a largo plazo, no es tan relevante si posee funciones de ecommerce o no. La decisión está determinada por la posibilidad que tenga de conectarse con el mundo exterior. Es importante que el ERP esté preparado para conectarse con cualquier tecnología para ecommerce externa por la que pueda optarse eventualmente: tienda online, un PIM, un OMS, un CRM para gestionar ecommerce, marketplaces, etc. En definitiva, un ERP que se cierra a aplicaciones y funcionalidades de ecommerce asumiendo poder hacerlo mejor y sin facilitar la incorporación de alternativas específicas, tarde o temprano será una barrera para el desarrollo del negocio.
No todos lo saben, pero en nuestros comienzos como empresa fuimos un ERP. Luego comenzamos nuestro camino como integradores y nos dedicamos a unir ese mundo que ya conocíamos, con el mundo online. Reconocemos que cada uno aporta el valor de lo que lo hace fuerte, y apostamos a que todos podamos potenciarnos para brindar la mejor experiencia integral a los clientes.